No te detengas, Él te eligió para más.
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Tiempos de cambios, de muchos conflictos difíciles de digerir. El mundo está cambiando muy aceleradamente, evoluciona a pasos agigantados, y hoy como hombres y mujeres de Dios necesitamos parar la marcha agitada y bajar un cambio. Bajar un cambio que nos invite a la reflexión, a repensar nuestra vida.
La cuaresma en la que el Papa Francisco nos invitó a hacer un ejercicio de interiorización para repensar nuestra vida, nuestro proyecto y la meta a la que queremos llegar. Es decir preguntarme a mí mismo sí; ¿Voy por el camino correcto? ¿Hacia dónde voy? ¿Cuál es mi meta?
El mundo está en crisis, está atravesando por un momento difícil en su historia, momentos de tensiones y guerras entre hermanos (la humanidad lucha contra si misma), viejas disputas vuelven a resurgir, momentos de extrema violencia, de egocentrismo, de indiferencia, de individualismo. Como nos decía el Papa Francisco el tiempo de cuaresma: es un tiempo para dejar de lado nuestra indiferencia y preguntarnos: ¿Cuánto hago yo por mi hermano pobre, enfermo y desvalido? ¿Cuándo le tiendo una mano lo hago porque es una necesidad del corazón o por puro humanitarismo? ¿Cuándo ayudo al hermano pobre e indigente, le doy de lo que me cuesta dar o le doy de lo que me sobra?

Este es un tiempo para detener la marcha y pensar. Y si uno se pone a reflexionar sobre lo que acontece en el mundo llegará al punto en que la mente te dirá: - para que seguir si el mundo sigue siempre igual, la violencia no se acaba, la indiferencia no se acaba, el odio esta sobre todos, para qué remar contra corriente.
Pero hoy Dios se dirige a nosotros y nos habla al corazón y nos dice: - No te detengas, YO El SEÑOR TU DIOS, te elegí para más –
El mundo atraviesa una crisis de desesperanza, de desaliento. ¡Tiro la toalla! Estás cansado de caminar contra el viento. Me inclino por dejar todo como está y echarme para atrás, (total no vale la pena gastar fuerzas inútilmente).
Pero vino Dios y nos dijo: -“Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva” (IS 65, 17). Y lo va a hacer con cada uno de ustedes, porque “El los eligió para más”.

Por eso no debemos perder la esperanza de que Dios tiene algo mejor para nosotros, porque hemos sido elegidos para más. Para mucho más que simples servidores, para mucho más que hacer ayunos y penitencias. ¡Dios te eligió para mucho más!
Ahora te toca a vos descubrir para que más te eligió.
¿Qué es ese más que Dios me pide?
Un fraternal saludo.
Gabriel Omar Gómez Romano
Pre novicio, OSA
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