Quisiera
compartir con ustedes en un breve testimonio lo que vivimos en el retiro
espiritual de los frailes Agustinos del Vicariato San Alonso de Orozco,
Argentina-Uruguay, que se realizo en la ciudad de Salta.
El retiro
tuvo inicio el día lunes 05 de mayo del corriente año hasta el día viernes 09 de mayo.
Este retiro,
dirigido por el Fray Santiago Sierra O.S.A de nuestra Provincia, nos brindó la
oportunidad de un encuentro íntimo con Dios y con su hijo nuestro señor
Jesucristo. Impregnados del Espíritu Santo nos dispusimos al recogimiento
meditativo y contemplativo del misterio trinitario como también de la vida y
obra de nuestro Padre San Agustín, Padre
y doctor de la iglesia, enfocándonos en lo que es nuestro carisma que nos dejó
como herencia a través de sus escritos; como también apuntando con nuestros
ojos los retos y objetivos que estos tiempos nos demandan.
Así, con todas las herramientas dadas en el retiro
espiritual, hemos de asumir un gran compromiso en la vida como religiosos
agustinos, que es el de vivir con profundo celo apostólico nuestro carisma agustiniano
centrando nuestra pastoral en la comunidad como nos mando nuestro Padre San Agustín
exhortándonos a vivir unánimes: tengan un solo corazón y una sola alma orientada
a Dios ( anima una et cor unum in deum ) cap. 1,3; y también en el servicio a
la Iglesia es decir estar atentos la necesidades de nuestra Santa Madre Iglesia
y ser sensibles y no indiferentes a las realidades de la humanidad. Porque en
el principio de las reglas de nos manda a amar a Dios y después al Prójimo,
porque estos son los principales mandamientos q se nos han dado. Es decir a
partir de esta experiencia de Dios q nos santifica, y que también nos humaniza,
nos impulse a trabajar por la unidad, la paz social y el bienestar de las
creaturas de Dios preservando y velando por su dignidad.
Dado por
finalizado mi testimonio los saludo cordialmente y Dios y la Santísima Virgen María
los bendigan y los acompañen en sus vidas.
La caridad que nace de un corazón puro, y de una conciencia recta, y de
una fe sincera, es la verdadera y grande virtud, porque ella es el fin de los
mandamientos. San Agustin
Gabriel Omar Gomez Romano
(Pre-novicio) O.S.A